Muchos platos han sido considerados obras de arte, pero ¿sabías que también pueden ser resultado de la ciencia?
El “foodpairing” consiste en la combinación de diversos ingredientes para elaborar un plato con base en los aromas moleculares que poseen los alimentos. Esta tendencia ha dado como resultado el cruce de ingredientes que, por costumbre, jamás hubiéramos imaginado saborear juntos, lo que ha resultado atractivo para aquellos amantes de la degustación de platos nuevos o innovadores.
Para implementar esta práctica inventada por el científico belga Bernard Lahousse, debemos iniciar con el análisis de los aromas presentes en el alimento. Tras el análisis, se establece un esquema en forma de árbol de aromas o ingredientes, el cual los separa de acuerdo a categorías, bien sean lácteos, carnes, hierbas, especias, entre otros, lo que hace más sencilla la comprensión de los aromas y su descomposición.
Luego de todo este proceso, el árbol de aromas se compara con la base de datos del foodpairing para así encontrar aquellos alimentos con los que tengan mayor coincidencia aromática. Esta práctica es muy común en la industria de la perfumería para escoger los mejores ingredientes y así elaborar la mejor fragancia posible.
Foodpairing, ¿para qué sirve?
La razón del ser del foodpairing guarda relación directa con el hecho de que el olfato es el sentido que más usamos para apreciar los alimentos, pues la nariz es el principal perceptor de sabores, por lo que la descomposición de los aromas representa una forma útil para aprender a combinar los alimentos de manera apropiada.
Muchos cocineros que se han atrevido a realizar maridajes con base en esta tendencia, han señalado que los resultados son muy efectivos, mientras que para los comensales, tanto aventureros como tradicionales, les resulta una mezcla atractiva en cualquier caso, pero ligeramente más efectiva en las preparaciones dulces como los bizcochos u otros postres, especialmente si el principal protagonista sea el chocolate.