Un encuentro perfecto con la mejor impresión posible gracias a la ciencia
Una cita puede ser tan perfecta como decepcionante, y para que la balanza se incline a un lado u al otro tan solo necesitamos ocho segundos. La clave para dominar ese primer encuentro se basa en dominar los nervios y ser lo más natural posible.
El científico social Dan Ariely ha pasado años estudiando cómo son las citas de las personas y ha sido capaz de sacar conclusiones satisfactorias a nivel científico. El primer error de muchas parejas es visualizar cómo quiere que sea esa potencial pareja en vez de acudir al encuentro con ideas realistas.
Cuando conocemos a alguien, llenamos los vacíos de información que tenemos con cualidades que nos gustaría que tuviera, y muchas veces, tras pocas preguntas, nos desilusionamos con esa persona pero no porque tenga defectos, sino porque su realidad no nos cuadra con la fantasía que nos habíamos inventado.
A la hora de quedar con alguien, es mejor hacer alguna actividad física que sentarse a tomar un vino porque las preguntas muchas veces no sirven para conocer nada esencial, sino que rascamos datos inútiles como dónde pasaba el verano o cuántos hermanos tiene. La idea de Ariely es que interactuando en alguna situación normal (dar un paseo, montar en bici…) la cita se torna más natural y es más fácil que surjan preguntas adecuadas. Además, la adrenalina que se segrega con la actividad física hace que aumente la atracción por la posible pareja.
Las claves de una buena cita
No pierdas el tiempo hablando de vacunas y coronavirus. La ciencia recomienda tener una buena conversación en la que hables de temas personales y que realmente te interesen. Cuando hables, intenta no mantener un contacto visual demasiado intenso, pues si la otra persona es tímida se puede ver intimidada. Tampoco esquives su mirada, pues puedes parecer alguien sin confianza en uno mismo o que tiene algo que ocultar.
Si la cita se desarrolla en un restaurante, no te cortes y pide postre, pues según un estudio de la Universidad de Purdue, es más probable tener deseos románticos después de tomar azúcar. Según la ciencia, nuestro cerebro asocia el amor con los sabores dulces.
Observa a tu interlocutor: si cruzas las piernas y él también lo hace, o te apoyas en la mesa y él imita tu gesto, has triunfado. El mimetismo subconsciente es un signo de atracción y de que esa persona se siente cómoda contigo. Todo el mundo quiere copiar a las personas que encuentra atractivas.
Si quieres estar seguro de si atraes o no a tu cita, mírale los pies. Esta es la parte más alejada de nuestro cuerpo y una de las que menos controlamos conscientemente (de hecho, en una conversación…¿Quién piensa en los pies?). Así que suelen estar dirigidos hacia donde queremos ir. Si tienes a tu partenaire enfrente y sus pies apuntan hacia ti, enhorabuena: vas por el camino del triunfo.