En las memorias de una chica que acaba de salir de la adolescencia, y que todavía no se siente del todo adulta… Os confieso que mi mentalidad ha sufrido cambios drásticos desde que era niña. Hablando con mis amigas, me he dado cuenta de que todas hemos pasado por más o menos las mismas fases: empezando por creer ciegamente lo que nos dicen nuestros padres; siguiendo por una extraña rebeldía que contradecía todo lo que nos decían los adultos; y por último, dándonos cuenta de qué parte de nuestros gustos de la infancia realmente nos identifican y cuáles son los que rechazamos. Así que si quieres saber por qué es un honor «ser como las demás chicas», quédate. Pero antes de nada yo soy Lea, y esto es Momento It Girl by Into the Glow.
Un ejemplo muy básico que muchas de las chicas de mi edad entenderán es relacionado al color rosa. Hay un extraño fenómeno que rodea a muchas de las chicas nacidas al rededor de los 2000s. Sufriendo un amor incondicional por él cuando éramos niñas (probablemente impuesto por la asociación que hacían los medios de chica-rosa), no hay más que ver los anuncios de las campañas de navidad de juguetes que ponían en la televisión. Rebelándonos, en segundo lugar, contra todo lo femenino cuando empezamos a tomar consciencia de la manipulación y los roles de género, como consecuencia extrema propia de la adolescencia. Y terminando como un mar sin olas, dándonos cuenta de que todo lo relacionado con la feminidad no es malo ni digno de rechazo… Simplemente no nos gusta que nos lo impongan, y una vez sentimos libertad de elección, apropiárnoslo y llevarlo a nuestro terreno.
De forma similar, está el cambio de la expresión «no eres como las demás chicas». Recordando películas de cuando éramos pequeñas, cuando el protagonista masculino se lo decía a la chica que vestía de forma masculina o rechazaba lo normalmente reconocido como «cosas de chicas» (maquillaje, moda, belleza…), visto entonces como un piropo: lanzaba un mensaje confuso de cómo conseguir atención masculina. Y acto seguido, cuando las niñas de esa generación hemos crecido: surge el término «pick me», justamente la identificación de este fenómeno social. Y se empieza a reivindicar que «ser como las demás chicas» es un honor, y no algo de lo que avergonzarse. Es un claro ejemplo de cómo ha cambiado nuestra mentalidad respecto a lo que significa ser mujer… Dejando claro que el valor de serlo no lo impone nadie más que nosotras mismas.
Es a raíz de este cambio de mentalidad, y respecto al sentimiento continuo de las mujeres del que continuamente se cuestiona o se pone en duda nuestra propia identidad, cuando quiero recurrir a la herramienta de la SORORIDAD. En un mundo de ideas continuamente cambiantes, solo nos queda apoyarnos unas a otras. La sororidad es ese sentimiento de solidaridad entre mujeres, habiendo pasado por los mismos requisitos sociales, solo entre nosotras nos entendemos en muchos aspectos.
La queja común de las personas que escuchan este término por primera vez suele ser que es injusto defender a una mujer simplemente por ser mujer. Pero quiero insistir en que no se trata de tomar decisiones a ciegas en favor de las mujeres, sino simplemente entre nosotras: saber que podemos tenernos de apoyo y que no hay estereotipos ni atención masculina que cambie eso.
Para las más perdidas, he escrito 6 ejemplos que nos sirven de guía.
- Defender y apoyar a una compañera de clase que está siendo víctima de acoso o discriminación de género.
- Establecer redes de contacto y oportunidades de empleo para otras mujeres, especialmente en campos donde están subrepresentadas.
- Respetar las decisiones de otras mujeres en lo que respecta a sus cuerpos y sus vidas, incluyendo elecciones de salud reproductiva y orientación sexual.
- Escuchar y aprender de las experiencias de otras mujeres para comprender mejor las luchas y desafíos que enfrentan en la sociedad y en sus vidas personales.
- Nunca juzgar las decisiones de una mujer, mientras que no hagan daño a nadie y sea de libre elección.
- No contribuir a la creación de bulos o rumores de una mujer por sus decisiones sexuales.
Si te ha gustado este artículo y quieres cambiar tu vida de la mano de Lea, quédate con Momento it Girl by Into the glow.