Documentalista de lo subjetivo
Los documentales son, en gran medida, fuente de información siempre que queramos aprender sobre alguna temática. Todo lo que sucede en cualquiera de estos trabajos resiste el análisis de verosimilitud y objetividad. Hace unas semanas se difundió por la BBC 2 Reclaiming Amy, un documental para conmemorar los diez años de la muerte de la cantante; y si algo nos llamó la atención fue la cercanía con la que se presentaron sus protagonistas. Por eso quisimos saber: ¿Qué es el documental de observación? Marina Parker, documentalista y directora de este proyecto, ha cambiado la forma en la que vemos los documentales.
En todo documental «tu tienes el tema, haces un montón de investigación, escribes el guion y luego filmas aquello que has plasmado en el papel». Este trabajo es exactamente al revés. Una vez que elige el tema, ella viaja hasta allí, se interna entre los protagonistas de la historia y permanece largo tiempo observando, entendiendo cómo funcionan las cosas, qué está pasando y recién entonces filma lo que va saliendo, sin interrumpir, casi sin intervenir. El término Observational documentary fue acuñado por primera vez por Bill Nichols, un crítico y teórico de cine estadounidense en su libro titulado Introduction to documentary, también conocido como cinema verité o direct cinema.
Con una formación universitaria no relacionada con su actual profesión, la multi premiada por BAFTA, comenzó con esta vocación en Argentina, filmando un documental con una amiga. En el registraban su viaje por todo el país. Luego se trasladó a Londres, donde reside actualmente. Asistió a una charla dada por la famosa directora Penny Woolcock y consiguió su dirección de correo electrónico. «Si quieres vente a trabajar como voluntaria, no tengo nada remunerado en este momento», fue la respuesta que obtuvo. Lo hizo, fue asistente de vestuario por un tiempo y luego pasó a integrar el equipo de investigación de Woolcock para el filme On the streets.
«La impredecibilidad y la incertidumbre asustan mucho a la gente que hace películas de ficción y controlan todo».
La sensibilidad, la falta de respuestas cerradas, los resultados inesperados, los largos tiempos de filmación ( 6 meses o hasta 2 años) son todos elementos que están presentes en el espíritu de este género. La directora sabe que su material es la gente, sus historias, sus vidas. Su lenguaje es la honestidad y la verdad de cada uno de los que aparecen en el filme debe estar presente. Principalmente, es consciente que este tipo de películas pueden resultar distintas de lo que fueron en su planteo original, Así, vemos que lo que comenzó como el intento de relatar la historia de una joven mujer que viajó por decisión propia a Siria, terminó siendo una historia de paternidad (Anna, la mujer que fue a enfrentar a ISIS).
Marina Parker es una apasionada y una trabajadora incansable., Su entrega es total. Sabe que, más que tener la capacidad de filmarlo todo, hacer un documental de este tipo es tener la habilidad para «entrar en esa habitación”, donde están pasando las cosas. Por supuesto que esto ha implicado exponerse a diferentes peligros. Incluso ha llegado a involucrarse afectivamente en la historia de un joven condenado a la pena capital en Estados Unidos, quien pedía acelerar su proceso (Life and death row, forgiveness). Este mismo espíritu de acercamiento y de autenticidad están presentes en la historia de Amy que acaba de estrenar. A su corta edad ha realizado ya varios documentales Todos sus otros trabajos están disponibles en Vimeo. Su última producción, en consonancia con la época y sus limitaciones, consistió en filmar todo lo que sucedía en una misma calle de Londres durante el confinamiento. Imperdible.