Mundo virtual, las relaciones humanas y las redes sociales
Las relaciones humanas se basan en la interacción mínima de dos personas que necesitan satisfacer las necesidades mediante una comunicación directa o indirecta. Aunque muchas veces ocurre que esas necesidades no se cubren y durante ese intercambio va perdiendo fuerza la comunicación entre ambos. Uno de los objetivos principales de las relaciones sociales está en la empatía y en transmitir lo que necesitamos para ayudarnos entre nosotros. Como seres humanos, por naturaleza necesitamos vivir en comunidad y relacionarnos creando vínculos íntimos donde podemos sentir amor, aprecio o amistad.
Con las redes sociales hemos modificado esa necesidad de socializar, y es posible sentir ciertos estímulos que nos invitan a establecer relaciones de un modo diferente. ¿Pero qué hay de cierto en este tipo de relaciones? Las relaciones a distancia, a pesar de la separación física entre ambos, genera una necesidad de comunicación afectiva pero también crea situaciones de ansiedad. A medida que van surgiendo sentimientos, las relaciones se vuelven más sinceras y para mantenerlas la pareja se debe llegar a un acuerdo mutuo, ya que pueden surgir otras necesidades que no se pueden cubrir.
El deseo natural de sentir a través de los sentidos
Actualmente, en nuestra sociedad, existe un conflicto entre nosotros y la forma de comunicarnos, por ello deberíamos aprender a entablar relaciones más sinceras y preocuparnos menos del qué dirán. Probablemente nuestras relaciones serían más duraderas y más sólidas sintiéndonos más libres, un respeto mutuo que aumentaría la confianza en nosotros mismos.
Todos podemos desarrollar nuestra vida compartida de manera amistosa y cordial, siempre que aceptemos unas reglas básicas de “convivencia virtual” y evitemos el deseo natural de influir sobre los derechos individuales de cada uno. Si somos capaces de poner palabras en nuestros pensamientos, sentimientos y deseos que intercambiamos, podemos enriquecernos ambas personas que pueden sentirse escuchadas y comprendidas.
Si analizamos la situación de manera objetiva, nos podemos dar cuenta de que son etapas, ciertos momentos que nos ayudan a estimular nuestra vida. La interacción se hace vital, surge la comunicación y la complicidad donde cubrimos una parte de nuestras necesidades. Al principio es una novedad, vivimos momentos inusuales donde nos parece que el tiempo se detiene. Para cualquiera de nosotros puede resultar fácil caer en la tentación, siendo capaces de sentir infinitas emociones. Creamos vínculos, paradójicamente en un mundo interior y paralelo a nuestra realidad, sin embargo, sólo conocemos lo que nos puede transmitir nuestro compañero. Percibimos una ilusión efímera que, al mismo tiempo, cubre nuestro deseo de ser comprendido, alejándonos de nuestra realidad, perdiendo momentos y tiempo de nuestra vida.
Por lo que, en definitiva, creemos que ni es un mito ni es una realidad las relaciones a distancia, es simple y puramente subjetiva. Depende de nosotros mismos, de cada uno ver y comprender si va a funcionar porque, como bien se sabe, cada relación es un mundo y cada mundo, es un misterio.