Corona, Bandera y Sardanas
Este año se cumplieron 150 años de las fiestas de la Mercé y para plasmar en imágenes tan importante aniversario han convocado a la artista francesa Malika Favré, quien ha diseñado una versión tan monárquica como popular, y tan Catalana como diversa. Los ojos de la reina del mediterráneo nos invitan a acercarnos, identificar y reconocer en el cartel cada símbolo que celebra esta fiesta pagana y venera una Cataluña inclusiva pero tradicional.
Es mujer, bella y femenina. Lleva su abundante y negra cabellera prolijamente peinada, luce pendientes y corona. Sus pestañas tienen rímel y su boca, rouge. Su mirada es cálida, abarcativa y comprensiva. Imposible no mirarla. Y en ese ejercicio de observación, es inevitable su marcado rasgo estético, que agrada, que armoniza y que cumple con cánones muy valorados y vistos en muchas tapas de las revistas consagradas. Ninguno de estos elementos ha estado en el centro de la polémica en el caso de La Mercé. Más bien ha generado un consenso pocas veces visto. Es que como patrona de la ciudad Condal desde el año 1871, cuando se le fue encomendado acabar con una plaga de langostas, merece un lugar destacado desde el cual siga cuidando a sus ciudadanos.
En la representación de su efigie, La Mercé, también cuenta con varios elementos con identidad propia. En lo alto de su corona vemos la loseta en forma de flor o roseta, típica de muchas aceras de Barcelona. El escudo de Cataluña luce orgulloso en el centro de su pecho. Los colores (rojo y amarillo) del cartel principal trasladan la misma identidad a todo su vestido. El estampado del vestido réplica, en versión propia, el típico pavimento hidráulico de muchos pisos barceloneses que se utilizaron en los 1800 y primera parte de los 1900. Gaudí, como parte insoslayable de la ciudad, no podía estar ausente. Los pendientes de la reina son las torres de la inacabada Sagrada Familia.
Cultura popular, música, artes callejeras, deportes, feminismo y Havana
La fiesta de la Mercé celebra el fin del verano, lo hace con una gran variedad de festejos y hay un cartel para cada uno de ellos. En la versión oficial, además de los elementos ya detallados, la corona se cierra con un grupo de bailadores de Sardanas, baile tradicional de Cataluña. En la versión azul o musical, los pendientes son la clave de sol y la corona contiene un conjunto de cantantes, saxofonistas y trompetistas. ¿Por qué es azul? en homenaje al blues o al jazz. Por parte de la patrona de las actividades deportivas, los tonos se combinan entre amarillo y verde oscuro. La corona nos muestra una cantidad de corredores y los pendientes son dos grandes silbatos.
La de las artes escénicas o artes callejeras, la corona recuerda al mundo de los trapecistas, monociclistas y las carpas de circo. Los pendientes son dos figuras geométricas que rememoran a los equilibristas y el color es de un anaranjado intenso. La Mercé Feminista es violeta, sus pendientes son el signo del género ♀ y la corona reúne a un colectivo de mujeres empoderadas. La Habanera, conmemora a la ciudad cubana invitada, se viste de verde tropical y sus pendientes son dos piñas, típica fruta de la isla cuya producción ha comenzado a exportar a Europa. La corona contiene trompetistas, percusionistas y parejas de bailarines.
“Se acabó, el sol nos dice que llegó el final…” Nos recuerda la clásica canción de Serrat. La mercé 2021 terminó y aunque ha dejado mucha tela para cortar, la reina desde el cartel sigue mirando a sus ciudadanos con un rostro amable. Un rostro que tiene tres cuartas partes en la sombra (¿o es mestiza?), pero hay un cuarto donde la luz gana terreno y nos habla de esperanza para el próximo año.