Probablemente si perteneces a la generación de los baby boomers reconocerás como icono a Jane Fonda, incluso si eres de la temprana generación Millenials te sonarán sus vídeos de aerobic. Te reconozco que yo hice aerobic con algunos de sus vídeos. Quizás por ser un icono para muchas mujeres, su última intervención en Cannes haya suscitado un especial interés. Hija del aclamado Henry Fonda y de una periodista que se suicidó, la actriz, comparecía ante una audiencia entregada de Cannes para repasar su carrera, dejar claro su activismo social y comprometerse a pelear por un nuevo presidente demócrata en Estados Unidos.
Jane fue la encargada de entregar el máximo premio, la Palma de Oro, en el Festival de Cannes. Pero antes, convocó a un montón de personas en la Sala Buñuel, en el Palais des Festivals, donde se llevó a cabo el evento. La actriz brindó una charla justo antes de entregar la Palma de Oro en el Festival de Cannes. «Es buena persona, pero tiene un problema con las mujeres», dijo sobre Redford, su colega y eterno amor platónico.
La charla que acaparó el interés de todos los asistentes
Cuenta que la primera vez que fue nominada para un Oscar no tenía claro dónde se encontraba exactamente Vietnam. El viernes, en Cannes, ante una sala Buñuel abarrotada y entusiasta, dejó claro, y lo hizo bien alto, que ya sí lo sabe. Y lo sabe con el convencimiento de una activista que despertó a la causa contra la guerra (a ésa y otras tantas) como la que despierta a la misma vida. «El activismo ha dado sentido a mi existencia», dijo grave, divertida y entusiasta. Jane Fonda, 85 perfectos años cumplidos, alternó el francés con el inglés dejando comentarios totalmente espontáneos con los que se metía a los asistentes en el bolsillo. «Llevo un día, aún no me he habituado del todo», «Se me ha olvidado. Hablen alto». Además lanzó consejos como: «La revolución, como el propio trabajo de un actor, es muy vulnerable».
Sus declaraciones sobre Robert Redford
También habló sobre Robert Redford. «Estaba enamorada de él. Pero no era fácil. Es uno de esos hombres que siempre están enfadados mientras trabajan y tiene un problema con las mujeres. En cualquier caso, es un gran tipo que ha creado Sundance». Sobre la reciente polémica con René Clement, con el que rodó Los felinos, y del que declaró hace nada que le pidió acostarse con ella para ver como tenía los orgasmos, no dio ninguna declaración. Lo que sí hizo fue presentar sus respetos a Alain Delon, su compañero en la película, y al que dedicó una frase para los aplausos: «El más bello ser humano que jamás he conocido».
El desnudo de Barbarella
Sobre Barbarella, la película que marcó un antes y después en su carrera, confesó: “No me gustó nada cuando la estaba haciendo. Al comienzo de la película, hice un striptease en el espacio. Era muy tímida, aunque no lo crean, así que tuve que beber mucho vodka para perder la vergüenza y filmé aquella escena borracha”, contó, ante la sorpresa de un auditorio repleto. «En realidad, es un largo plano de una actriz que sufre una resaca descomunal», bromeó.
El comienzo como activista de Jane Fonda
El cambio que supuso Klute
La actriz tiene muy claro cuál fue el papel que cambió su manera de ver el mundo. Para sumergirse en el rol que hizo en Klute en 1971, decidió irse a vivir una semana con prostitutas. Klute le supuso un cambio en muchos aspectos. Primero tuvo que cortarse el pelo, y después, entregarse a la pasión de su vida, de su vida comprometida. «Para prepararme el papel de prostituta, me pasé una semana viviendo con ellas. Me di cuenta de que todas ellas arrastraban una biografía de abusos infantiles. En la última escena, donde tenía que llorar, no lloraba de miedo como se supone que dice el guion, sino de pensar en la vida de esas mujeres». Y una vez aquí, no hubo vuelta atrás: «En ese momento, me hice feminista de pies a la cabeza». Señaló, en el Festival de Cannes, sobre esa experiencia que lo cambió todo.
La experiencia de El regreso
Conocer la experiencia de los soldados de Vietnam que regresaban a casa le hizo, de nuevo, reafirmar su conciencia social. «Una vez que conoces ciertas cosas, ya no puedes ser la misma persona». Buena parte de todo ese cambio transformado en ideario está en la película El regreso, la cinta de Hal Asby con fotografía de Haskell Wexler que le valió el segundo Oscar. «Quise dejar de ser actriz para dedicarme a organizar movimientos políticos. Pero pronto me di cuenta de que yo era diferente. En alguna manifestación a la que iba, dejaba a mis hijos al cuidado de una niñera, pero las activistas que me encontraba iban con sus hijos, porque no tenían con quien dejarlos. Cuando una mujer negra activista se enteró que quería dejar de ser actriz, vino a mí y me dijo: ‘Organizadoras somos muchas, pero estrellas de Hollywood, sólo tú. Tu manera de ayudarnos es hacer películas que importen y puedan cambiar las cosas'», recordó. Para entonces tenía muy claro dónde estaba Vietnam.
La actriz animó a la lucha: «El verdadero cambio que tiene que hacer el activismo es escuchar al que no piensa como él. Hay que salir a la calle, tocar la puerta y explicar a la gente que la sanidad y la educación públicas nos benefician a todos. Y nunca decir simplemente no.»
El feminismo de Jane Fonda
Entre las declaraciones destaca su creencia de que las mujeres viven cinco años más que los hombres por su sentido de la amistad. «La amistad de los hombres es competitiva. Las mujeres, en cambio, se miran a los ojos y no tienen miedo de pedirse ayuda mutuamente. Para una mujer es peor no tener amigas que fumar». Por supuesto, no podía faltar la mención al movimiento feminista MeToo: “Es admirable. Mas allá de evitar mas abusos sexuales, ha logrado que cada victima pueda contar su caso y ser defendida. Definitivamente, eso es un gran avance”, remató. También nos dejó su secreto de belleza mejor guardado: «Dormir mucho (ayer dormí 13 horas), andar, comer bien y mantenerme siempre curiosa por todo».
La Palma de Oro
El premio se lo terminó llevando una mujer por primera vez en 76 años: la directora francesa Justine Triet por su film Anatomía de una caída a la que Jane Fonda entregó la Palma de Oro. Eso sí, estamos más que convencidas en la redacción que el mejor premio fue poder escuchar la charla inspiradora de un icono como Jane Fonda que nos dejó declaraciones contundentes para el recuerdo con la mayor naturalidad de una amiga que se sienta a tomar café a repasar un trocito del día.