Todo se inició aquí
Cuando los celtas tenían por tradición festejar en octubre las épocas del final de la cosecha, los días eran más cortos y las noches más largas. El año celta concluía el 31 Octubre. Para esa fecha las hojas de los árboles empezaban a caer porque morían, o porque iniciaban una nueva época. Se pensaba que los espíritus de los muertos volvían a visitar el mundo de los vivos, por eso dejaban comida y dulces afuera de sus casas a manera de ofrenda. Se encendían velas para que los difuntos encontraran entre la oscuridad el camino al descanso.
Con el catolicismo, todas estas tradiciones del lado oeste de Europa empezaron a cambiar. Se llamó “All Hallow’s Eve” que dio origen a la palabra Halloween para identificarla.
En Halloween, todos podemos ser lo que queremos ser
En la fiesta de Halloween, nos convertimos en lo que nunca imaginamos. Representamos lo que no nos está permitido. Nos disfrazamos en una noche mágica, y si quieres toparte con una Bruja te bastará con que camines hacia atrás y te pongas la ropa al revés.
Disfrazarnos para Halloween, es una costumbre que viene de Francia del siglo XIV y XV, cuando la fiebre bubónica azotaba a Europa. Esta plaga como todas las plagas, llenó de mucho miedo a la gente que quiso encontrar en el disfraz una forma para esconderse de las almas malévolas.
¿Por qué el ser humano se disfraza? ¿Y por qué disfruta haciéndolo?
“Disfrazarse es desinhibirse, desconectarnos de la rutina y liberar tensiones”. Lo explican los psicólogos del comportamiento humano. Una forma de tener una conducta libre sin límite ni castigo social.
Halloween se ha convertido en la fiesta del disfraz para cada año. Nos inspiramos principalmente como fuente de creatividad en el cine. Este año 2021 estará centrada la moda en la seriales de Netflix como Juego del Calamar, con su soldado encapuchado. También Cruella de Vil, la villana de Disney de la película “Cruella” con su peluca bicolor. Y la favorita de todas, La Casa de Papel, la historia española, donde con solo un mono rojo y una máscara tipo Dalí lo habremos logrado.
Pero si quieres ser la dueña del estilismo puedes recurrir a la cadena de moda Zara con sus disfraces imposibles de olvidar.
Para esta fiesta de Halloween, decoramos las ciudades, las casas, las calles, con vampiros, con telarañas, con hombres lobos, muertos vivientes, tumbas, cementerios y figuras icónicas del cine de terror.
Sabemos que si hablamos de tradiciones nos encontraremos con brujas que se disfrazan de gatos negros esa noche para pasear libremente por la ciudad. Cruzaremos con calabazas que nos recordarán a Jack el malo muy malo que se le prohibió la entrada al cielo y al infierno y quedó vagando en el mundo oculto de una calabaza.
Y recorreremos las casas del barrio buscando dulces, ya no para cambiarlos por rezos por la paz de los parientes muertos de quienes nos lo dan. Si no que para endulzar cada año esta historia entre “truco o trato” que no termina ni terminará nunca.