Una historia de lucha y esfuerzo
Nacida en Buenos Aires, Argentina, Cynthia Baldi es ya una reconocida bloguera de viajes que ofrece a sus seguidores de instagram consejos sobre lugares fascinantes e increíbles fotografías de los sitios más exóticos del mundo.
A los 16 años, tuvo la oportunidad de viajar por Europa y tener su primera experiencia fuera de casa durante 3 meses en la alta montaña italo-suiza: aprender un idioma nuevo, conocer la nieve y demás vivencias que quedarían marcadas para siempre en su corazón. Pero no todo fue fácil.
“Hubo una Navidad que vivía con mi tío y tuvo que trabajar y aquella celebración que todo año incluía una reunión familiar, decoraciones, regalos, comida típica y sobretodo amor y calidez, yo la pasé sola llorando en la ducha. El camino no fue fácil, me llenó de miedos. Miedos que se transformaron en excusas. Excusas que se volvieron realidades y que hicieron que mis ansias por conocer el mundo se apagasen.”
Aún así, Cynthia se puso como objetivo viajar más, no rendirse. Durante años profundizó sus conocimientos en italiano e inglés al mismo tiempo que estudiaba Diseño Textil en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Invertía momentos del día en sí misma para leer en el parque más cercano, o salir a andar en bicicleta, mirando el atardecer desde su terraza o poniendo música y luces para bailar en su casa. Sea como sea, aprendió que por muy duras que se pongan las cosas, debes respirar y pensar en qué necesitas y qué es lo que realmente quieres.
“Mi trabajo me permitía viajar y trabajar, y la idea empezó a reforzarse. Empecé a hacer viajes cortos porque creía que sola no podría lanzarme al mundo. Viajes de 3 días, de 1 semana y 10 días. Y así iba aumentando la apuesta. Esos viajes me hicieron conocer personas que, como yo, también viajaban solas, y para mí sorpresa, resultaba que nunca estaba sola.”
Y así fue cuando empezó realmente su viaje. A las semanas de recorrer un poco la Patagonia Argentina, renovó los pasaportes, actualizó el calendario de vacunas y se preparó mentalmente para dejarlo todo.
En febrero de 2019, esta famosa bloguera de viajes se embarcaba en lo que había soñado, se lanzaba al mundo con nada más que su valija y sus ganas de conocer el mundo entero.
¿Cuál es el destino que más te ha llamado la atención?
Creo que hasta ahora Bolivia es el que más me ha sorprendido a causa de los contrastes. Hay muchas zonas del país donde las personas trabajan muchísimo y viven con lo mínimo. Tienen una tradición de vestimentas muy arraigadas y muchos vestigios que se pueden visualizar de la cultura aborigen originaria de la región. Además, cuenta con un montón de paisajes y maravillas de la naturaleza que vale la pena conocer y que no son tan conocidos internacionalmente. Por ejemplo: el salar de Uyuni, fui ya dos veces, he hecho las excursiones de 1 y 3 días, y si bien tu cuerpo sufre bastante, por la altura, el frío, la mala alimentación, no poder bañarse, etc., lo que tus ojos ven en esos días es absolutamente indescriptible.
¿Qué crees que puede aportar viajar a destinos tan exóticos?
Creo que viajar a lugares que consideramos exóticos por lo diferente a nuestro lugar de origen nos da perspectiva. De esta forma, aprendemos a valorar mucho lo que vivimos y lo que aprendimos en el camino, y a entender que no hay ninguna forma de vivir mejor que otra, sino que hay culturas diferentes. Y esa diferencia es la que a mí particularmente me encanta conocer y enriquecerme de ella.
¿Qué consejo le darías a alguien amante viajero que quiere hacer lo mismo pero cree que no se lo puede permitir económicamente?
Cuando decidí viajar empecé a investigar, y hay muchas formas de hacerlo. Hay programas de voluntariado e intercambios que es lo que he estado haciendo el último año y medio. Te permite viajar obteniendo hospedaje y alimentación a cambio de un par de horas trabajadas al día. La verdad es que se ahorra muchísimo. Desde que empecé a viajar he reducido mis gastos a 4 veces menos de lo que gastaba cuando vivía sola y pagaba alquiler, servicios y gastos fijos de una vida en una casa en la ciudad. En el voluntariado sólo pagás tu comida y lo que quieras gastar.
Hay otro programa que se llama Couchsurfing, que son personas que reciben viajeros en su casa y este intercambio es únicamente de experiencias, no hay dinero de por medio. Hay muchas formas de viajar, lo que recomiendo es que te informes y busques cuales de estas se adaptan mejor a tu persona y qué te gustaría vivir.
¿Algún truco interesante que puedas contarnos para viajar?
Que hoy en día no necesitas nada más que un móvil que funcione bien, tenga una cámara respetable y acceso a internet. Con eso ya puedes resolver la mayoría de las cosas que puedan ocurrir en el camino.
Y en cuanto a cada persona, creo que es muy importante saberse adaptar. La adaptación es muy necesaria cuando se va de viaje por muchos lugares diferentes en un corto tiempo. Sin trabajar esa parte, ciertas situaciones pueden ser frustrantes.
Yo me he tenido que adaptar a las situaciones más extrañas y si bien al principio cuesta, porque nuestro cerebro entra en un constante trabajo, después de un tiempo cuesta cada vez menos. Eso pasa cuando nos metemos en otra cultura con costumbres muy distintas, o como cuando queremos hablar un idioma nuevo, al principio es difícil pero después va fluyendo si no nos atemorizamos y tratamos de hablar aunque sepamos que estamos fallando en algunas palabras. Yo llegué a Italia sin saber hablar italiano, y llegué a Brasil diciendo solamente “obrigada” (gracias en portugués), ahora ya soy fluente en este idioma y me manejo muy bien con el italiano y el inglés. Lo perfecto es enemigo de lo bueno, más vale intentar todo aunque nos cueste.
Por último, ¿alguna anécdota que merezca la pena recordar sobre tus viajes?
Es muy difícil elegir una sola anécdota. Lo genial de viajar así libre, sin fechas, haciendo voluntariado y couchsurfeando es que aprendes y muchas cosas nuevas. Me he encontrado a mi misma haciendo cosas que nunca creí que haría en la vida como ir al supermercado de Kayak en Ilha Grande, o trasplantar árboles de banana que ni había visto antes. O pasar 10 días de voluntariado en un templo budista y meterme de lleno en esa búsqueda meditativa y espiritual que jamás me proporcioné siendo agnóstica. También trabajé 4 meses en uno de los lugares más fríos de Brasil, cosechando las más deliciosas frutillas y frambuesas orgánicas, y poniendo mi cuerpo al límite intentando superar el frío más calador que sentí hasta ahora, y hasta he cocinado vegano para más de 10 personas en un retiro de yoga.
También encontré el amor viajando y después de viajar un tiempo sola, me he sorprendido compartiendo mi vida y mi viaje con alguien más. Creo que lo que más me sorprendió fue la capacidad que descubrimos de hacer dinero rápido viajando y vendiendo comida vegana y lo feliz que eso me hace para poder seguir hacia el próximo destino.
Nuestra bloguera de viajes Cynthia Baldi es una mente inquieta por naturaleza y eso ¡nos encanta! Si no quieres perderte nada, mira su cuenta de instagram @cyn.plemente o @viajandojuntxs, el blog que comparte con su compañero de viajes y aventuras. Actualmente Cynthia acaba de crear su propia cuenta de recetas para todo aquel amante y comprometido con la cultura vegana, @cynrecetas.