¿Sabías el gran poder que tiene un buen descanso?
Se ha demostrado que la horas de sueño tienen una gran influencia en nuestra salud. Cada persona poseemos un reloj biológico diferente que nos marca las pautas del tiempo de descanso que necesitamos.
Un estudio reciente ha demostrado que la falta de horas de sueño acorta la esperanza de vida. De hecho, unas investigaciones relacionadas con este tema, obtuvieron el premio Nobel de medicina 2017. Los investigadores Michael W. Young, Michael Rosbash y Jeffrey C. llevaban tiempo estudiando el sistema de autorregulación de proteínas que marca los ritmos circadianos. El ritmo circadiano es un ciclo natural de 24h que permite a los seres vivos adaptarnos a los diferentes momentos del día y la noche. La acumulación de ciertas proteínas en la noche están relacionadas con el hambre y el sueño, que afectan a una pequeña área del encéfalo.
La mayoría de los adultos necesitamos alrededor de 8 horas de sueño cada noche, y las primeras 3 o 4 horas, normalmente, alcanzamos el sueño profundo. Está dividido por 5 fases y cada ciclo oscila entre los 90 y 110 minutos que necesitamos para completarlo. Según resultados de varias investigaciones, se asocia la falta de sueño REM, con un mayor riesgo de desarrollar demencia, debido a la pérdida de conexiones neuronales. Una de las causas es el deterioro de nuestra capacidad de percepción y otra, la pérdida de precisión motora degenerativa.
La calidad del sueño nos hace vivir más años
Dormir es un verdadero placer y además es un pilar muy importante para el beneficio de nuestro organismo. Cuando el cerebro descansa, se incrementa la creatividad, la producción de hormonas se equilibra y hace que funcione mejor la memoria.
Nuestro sistema inmunitario aprovecha el tiempo para regenerarse y tener mayores posibilidades de defenderse mejor, frente a las toxinas y gérmenes que constantemente nos amenazan.
Reduce los niveles en sangre de las hormonas del estrés, reduciendo la tensión arterial y la frecuencia cardiaca protegiendo nuestro corazón. Cuando dormimos el cuerpo se relaja ayudándonos a disminuir la depresión y nos ayuda a ser más felices y emocionalmente más fuertes.
Para tener una mejor calidad del sueño es conveniente evitar estimulantes horas antes de dormir, practicar deporte al finalizar el día y evitar comidas copiosas. En la habitación procurar que haya un clima templado, evitar los dispositivos electrónicos y dejar la agenda fuera de nuestro alcance para facilitar el descanso.
Cuando no descansamos bien, somos más propensos a comer en exceso, y el cuerpo nos suele demandar alimentos que engordan, altos en azúcar y grasa. Despedir la noche bebiendo un vaso de agua con unas gotas de limón evitará levantarnos por la noche para picar algo de la nevera.
Sabemos que la cantidad y calidad de sueño inciden directamente en nuestro estado físico y mental, en funciones inmunes y endocrinas. El cerebro sigue siendo un gran desconocido y a pesar de llevar muchos años de estudio y dedicación, poco se sabe de su funcionamiento. La ciencia sigue avanzando, aunque a día de hoy, saber con exactitud para qué sirve el sueño es un interrogante que nos queda por resolver.