¿Pero por qué decimos el “falso” faro? Pues porque se esconde una información que pocos conocen
Seguramente habrás leído o escuchado hablar del famoso libro del escritor Julio Verne “El faro del fin del mundo”. Quizá no sepas que aún se mantiene en el extremo sur de nuestro planeta. El faro más al sur del planeta tiene características diferentes a la que tienes en la cabeza. Originalmente era la única luz que los navegantes del mar austral podían ver: tenía (y aún conserva) 16 lados y solo 5 metros de alto, y además servía como lugar para acampar. Y no es el de la tapa del del famoso libro aunque sí el que inspiró al escritor.
Cuando se demostró que su visibilidad y utilidad no eran tan funcionales, se decidió construir otro. Con su típica torre de colores rojos y blancos, llamado Faro Les Éclaireurs (“Los Exploradores”), tiene 11 metros de alto, una forma troncocónica de ladrillo y la visibilidad de su luz es de unos 13 km.
Está emplazado en un islote en el Canal Beagle y su belleza es indiscutible. ¿Sabes por qué tiene bandas de colores rojos y blancos? Pues porque en los años setenta se determinó internacionalmente, que los faros tenían que ser pintados de una manera y no otra para que los navegantes sepan cómo rodearlo. En este caso en particular, lo deben hacer por el este.
Y sí, a más de 100 años de su construcción, sigue en funcionamiento controlado remotamente. Y no. No está habilitada su visita por más aventurera/o que seas. Lo que sí puedes hacer es contratar un tour y verlo navegando.
Ahora volvamos al verdadero faro más austral del mundo (primera fotografía) y el más antiguo de Argentina: sí, quizá para tu feed de Instagram sea menos atractivo que el que acabamos de describir, pero si te empeñas y lees un poco sobre su historia, seguramente las letras puedan alcanzar la misma maravilla que el de nuestro querido Julio Verne.