Una diseñadora que ha encandilado a todos, fuera de lo común
Lo primero que diseñó fue un traje de color verde y morado, aunque hoy odia el morado. Desde entonces, Agatha Ruiz de la Prada nunca ha parado de diseñar de todo. No va con la moda o con lo que es tendencia. No es deportista, no le gusta perderse, siente que hay cosas que no sirve de nada, tiene más ilusión que ideas, recicla todo hasta sus pestañas postizas, vive con 3 o 4 maletas en el armario listas para viajar. Su placer inconfesable es limpiar, no hace yoga, pero cuando va limpiando ordena sus ideas en la cabeza como si lo hiciera.
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La marca española más conocida en todos los ambientes además de diseñadora de moda, empresaria y aristócrata, esa es Agatha Ruiz de la Prada. Marcó sus ganas de libertad, de hacer lo que quisiera y aunque siempre sintió que no encajaba en nada, al final terminó encajando en la vida de todos. Quería ser pintora y se codeaba con lo mejor de la cultura española. Siendo autodidacta en el diseño de vestuario en sus inicios, su primera colección la mostró en el desfile a los 20 años. Después ya se perfeccionó en Barcelona y en el 2017 recibió el Premio Nacional de Diseño de Moda.
Ha desarrollado siempre el concepto de ropa cómoda, democrática como ella le llama. Para ser diseñador dice que primero hay que tener estilo que se forja viviendo rodeado de cultura y educación. Segundo, es comunicar lo que se sabe, y tercero, cómo producir y vender tus sueños.
Agatha y su vida dentro del arcoíris
Odia el negro por sobre todas las cosas. El diseño de sus casas contemporáneas viven colmadas de color. Un estilo actual, ecléctico de esta época muy del siglo XX. Mezcla formas de un modo magistral buscando recuperar la vida del pasado con la tecnología del presente. Crea espacios amplios, muy iluminados y desahogados, donde se entienda un ambiente de confort, simplicidad, de una mínima sofisticación. Busca que sean vibrantes que te llenen de energía, alegres y optimistas.
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Agatha Ruiz de la Prada, madrileña, ha creado un universo propio. No solo por agregar una “h” a su nombre por cursilería como ella cuenta, sino también por las creaciones donde destaca su propuesta, atrevimiento y sobre todo, una originalidad sin fin.